lunes, 26 de mayo de 2008

De algún otro domingo

Apareció. Como un flashback que late en la sien. Resultado de la migraña crónica que se caso con una hipersensibilidad. Mi primera palabra escrita sin tutoría adulta. En una hoja blanca con fibra color vino… AMAM, de caligrafía infantil y psicología de muñecas.
Mi vieja quiso ahorrarme el error y lo parcho como pudo para no disminuir mi logro. Así llevó mi obra literaria y mis rulos de 5 años frente a un espejo donde la palabra decía lo que yo quería. Mi cerebrito no entendía todavía que las cosas tienen un orden y un componente ya determinado que vas a tener que seguir.
La cuestión es que muchas veces pasa algo similar. O no. Conciente, o no. General o individual. Hacemos las cosas esperando que desde afuera alguien nos devuelva el reflejo ordenado o confundimos las diferencias externas con intenciones propias. Coherencia desde el reflejo. Confundiendo un ego inflado con un poco de simpatía, o una sombra con una intención.
Decir y que entiendan. Que crean y que digas. Hacer para el espejo desdibujando la dimensión de mí y de vos, de lo real y lo percibido, de lo pensado y lo creído.
Esta migraña de domingo me levo por la sinuosidad de lo confuso y la furia de las lenguas venosamente largas. Mejor tapo el espejo y que es ese mundo se reflejen los caprichos de las luces. Mientras yo busco un circulo rojo, o un circulo color vino y escribo como las cosas me suenen… Al revés. Y es que mi cerebrito no entendió todavía que las cosas tienen un orden y un componente ya determinado que te piden respetar.


imagen de http://www.ojodigital.com/

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