martes, 3 de febrero de 2009

Cuento breve. Algo de todos los días.

I

A ella le gusta el amor. A mi no.A mi me gusta ella, incluido claro está, su gusto por el amor. Yo no le doy amor. Le doy pasión envuelta en palabras, muchas palabras. Ella se engaña, cree que es amor y le gusta; ama al impostor que hay en mí. Yo no la amo y no me engaño con apariencias, no la amo a ella. Lo nuestro es algo muy corriente: dos que perseveran juntos por obra de un sentimiento equívoco y otro equivocado. Somos felices.

II

Pretende que estoy enamorada del amor y que a él solo le interesa el sexo. Dejo que lo crea. Cuando su cuerpo me estremece, lo atribuye a sus muchas palabras. Cuando mi cuerpo lo estremece, lo atribuye a su propio ardor. Pero me ama. Y no lo saco de su engaño porque lo amo. Sé muy bien que seremos felices lo que dure su fe en que no nos amamos.



RAÚL BRASCA.

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¿¿¿LOBO O CORDERO???

2 comentarios:

(Diego Loayza) Oneiros dijo...

Eso es una imbicación perfecta de mundos contradictorios. Ojalá se diera en más casos de la vida real. Quizás sí.

Anónimo dijo...

quizás no. de todos modos no deja de estar llena de patetismo.


sds