Reflexiones emepetres

Poco se ve a mi alrededor. Fricción de piedras y el cigarrillo empieza a vivir mientras suma humo a la niebla. 10 minutos, el tabaco se transforma en la pasarela para engreidos pensamientos.
Savater se asoma en la tapa de un viejo suplemento y me distrae saber que su rechoncha cara y la mia comparten similitudes en los marcos de la mirada. Lo escondo.
Entro humo, suelto humo. Los pensamientos inconexos son una verdadera molestia, al igual que los cristales rayados de mis viejos lentes.
Entro humo, saco humo. Hoy me enteré que Luy publica un nuevo libro y me alegro. Y que Kurosawa zapatea en el costadito de mis oidos, con asombrosa vigencia y con vigencia en los asombros. Miro la brasa, escucho a mi hermana estudiando historia en voz alta… me irrita… que la psicología no es un buen aliado de la literatura, o quizás si.
Silencio silbado, saboreo el humo. Que el tiempo es un cobarde merodeador de fantasmas y recuerdos, que nunca aprendio a desperdirse. 5 minutos. Celular. Que no importa lo lejos que vayas, la ciudad siempre te encuentra y que sos un adicto de ese aparatito de mierda que no te animas a apagar.
Entro humo, saco humo. Enojada. Que haber escuchado “Third” y visto “Dreams” con distancia de minutos es como una sobredosis de oscuridad que me da un infantil miedito.
Entro humo, respiro. Que el cigarrillo no es bueno para la migraña. Que si a veces no hay nada bueno para decir mejor no decir nada. Entro humo, saco humo y apago mi tabaco. Hoy no es un buen dia para escribir. Jodidos pensamientos comprimidos!