Tata tatan incertidumbre

Hay veces que te despiertan y saltan en la conciencia como infantes caprichosos queriendo jugar en un papel. Muchas veces detienen mi caminata y me encuentran sentada en el cordón de una vereda saliendo en estampida de mi lapicera hacia un cuadernito verde ajado y sin tapas ya.
Pero me pasa, varías veces ya. Que cuando esto que hago, esto de escribir, tiene fecha de entrega y un objetivo más definido, desaparecen en escondidas y apariciones repentinas que no dicen nada o que no me dejan atrapar ninguna para construir.
Entre mates y discusiones busco soluciones, mi vieja dice también lo sufrió con las manos en la arcilla y que se sortea haciendo. Un músico con mi mismo apellido dice desconocer eso del pánico de la hoja en blanco. Mientras que un diseñador que también es mi hermano dice que siempre lo soluciona haciendo nada aunque le haya costado el entusiasmo por la arquitectura.
Yo mientras busco fuentes de inspiración entre revistas y dibujos, entre libros y discos, esperando que el abismo blanco de todas las posibilidades, se decida dormir una siesta y deje a mis palabras despertarme a las tres de la mañana.

Suena despertador… eso fue sueño ininterrumpido. No hay ideas aún.