jueves, 18 de diciembre de 2008

La tarea de ablandar el ladrillo


La tarea de ablandar el ladrillo todos los días, la tarea de abrirse paso en la masa pegajosa que se proclama mundo, cada mañana topar con el paralelepípedo de nombre repugnante, con la satisfacción perruna de que todo esté en su sitio, la misma mujer al lado, los mismos zapatos, el mismo sabor de la misma pasta dentrífica, la misma tristeza de las casas de enfrente, del sucio tablero de ventanas de tiempo con su letrero Hotel de Belgique.

Meter la cabeza como un toro desganado contra la masa transparente en cuyo centro tomamos café con leche y abrimos el diario para saber lo que ocurrió en cualquiera de los rincones del ladrillo de cristal. Negarse a que el acto delicado de girar el picaporte, ese acto por el cual todo podria transformarse, se cumpla con la fría eficacia de un reflejo cotidiano. Hasta luego, querida. Que te vaya bien.

Apretar una cucharita entre los dedos y sentir su latido de metal, su advertencia sospechosa. Cómo duele negar una cucharita, negar una puerta, negar todo lo que el hábito lame hasta darle suavidad satisfactoria. Tanto más simple aceptar la fácil solicitud de la cuchara, emplearla para revolver el café.

(...)
(fragmento, Julio Cortazar)


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Creo que así se siente el fin de año, por eso no me gusta este mes. Ya lo dije el año pasado y lo diré el próximo, y muchos sabemos que no soy la única. Igual es un buen tiempo para girar el picaporte.


1 comentario:

(Diego Loayza) Oneiros dijo...

Oye, uno se descuida y publlicas a raudales. Yo que quería haer un comentario sobre el 4:13 dream. Sí, las fiestas de fin de año son deprimentes. En el-lar publicamos una película anti-navideña que realizamos el 2005. He ahí la dirección.

http://el-lar.blogspot.com/2008/08/el-plan-papanoel-cubitel-producciones.html

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